En un lugar del sudeste de Nuevo México, Estados Unidos, hay acumulados un espesor de mil metros de sal. Durante el período Pérmico, hace 250 millones de años, existía allí un mar que por la ascensión del zócalo que lo sustentaba poco a poco se fue desecando.
Dr. Jack Griffith con cristales de sal en la planta de aislamiento WIPP.
En ese lugar se ha construido una planta de aislamiento de desperdicios nucleares llamada WIPP, un basurero para residuos radioactivos de la construcción de armas nucleares y una auténtica ciudad bajo la sal, cuyo emplazamiento, además de por su aislamiento geográfico (a su alrededor no existen poblaciones), fue elegido por una característica que tienen los cristales de sal y que consiste en que con el tiempo éstos se van dilatando, de tal forma que los materiales allí enterrados serán aprisionados y las cámaras donde ahora se amontonan quedarán perfectamente selladas.
Pero lo más interesante de esa capacidad para el aislamiento que tiene la sal fue el descubrimiento hecho por parte del Dr Russell Vreeland y su equipo de la Universidad West Chester, Pensilvania, quienes extrayendo agua de dichos cristales, hallaron bacterias provenientes del Pérmico. Las bacterias resultaron ser del género Bacillus, tolerantes a la sal y parecidas a los Bacilos modernos del Mar Muerto y fueron bautizadas como 2-9-3. Y ahora viene lo mejor: Una vez extraídos y colocados en una solución nutriente en el laboratorio, los micro-organismos revivieron y comenzaron a crecer.
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Artículo en El País
Artículos de Ciencia y Tecnología de aunmas
WIPP (Waste Isolation Pilot Plant) (en inglés)
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Y ahora otro misterio:
¿Quién era este tal Giovanni Meneghetti (1730-1794), que no tiene ni página en la Wikipedia?