martes, 17 de julio de 2012

Balcón mediterráneo

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A más de 120 kilómetros por hora había perdido la orientación y ya no sabía por dónde seguía la carretera. De pronto las líneas que me habían estado guiando se habían vuelto locas y como en 2001 una odisea del espacio, una avalancha de imágenes se atropellaban frente a mí.
 

Líneas curvas que radiaban hacia fuera y hacia adentro, rayas discontinuas, rayas sencillas, rayas dobles, bandas anchas, oblicuas, perpendiculares, paralelas, y no sé cuántas cosas más y de qué forma tan desconcertante habían pasado bajo las ruedas de mi coche a gran velocidad. Podía haber ocurrido lo peor, haberme salido de la carretera, ir a incrustarme contra el tronco de algún árbol o dado unas cuantas vueltas de campana antes de impactar contra alguna roca, pero milagrosamente me mantuve en el camino y en un instante todo volvió a la normalidad.
Otra vez delante de mí se extendía plácidamente el zigzagueante trazado que contorneaba la costa, unido a las bellísimas vistas que ofrecía ese balcón sobre el Mediterráneo.

Horas después estaba con mi francesita. Mi cuerpo tostado por el sol haciendo resaltar mis ojos azules y mis cabellos rubios, mi aplomo, el mar, la brisa salada y el vaso perlado de gotitas de una cerveza helada, eran todos ellos ingredientes necesarios para que el tiempo transcurriera de aquella manera y me sintiera tan bien.




viernes, 13 de julio de 2012

El pájaro de fuego

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El universo evidentemente es en 3D y por lo tanto la visión que obtenemos en 2D desde nuestro observatorio terrestre es totalmente capciosa, pero ese pájaro existe... como los dragones en las nubes y todas aquellas extrañas cosas que ocurren en los sueños cuando dormimos.



Los días de la semana

Los griegos y los romanos, herederos de los sumerios en sus conocimientos del cielo, habían establecido en siete el número de astros que se movían en el firmamento: el Sol, la Luna, y los planetas Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Esos siete cuerpos astrales son los que le dieron nombre a los días de la semana: lunes (Luna), martes (Marte), miércoles (Mercurio), jueves (Júpiter), viernes (Venus), sábado (Saturno) y domingo (Sol). El nombre "domingo" proviene del latín dies Dominicus (día del Señor), debido a la celebración cristiana de la Resurrección de Jesús, pero en la antigua Roma se llamaba a este día dies solis (día del sol), y también en inglés es sunday. Con el sábado ocurre algo parecido, la palabra procede del hebreo shabbat (día de descanso) y se debe a que en la antigüedad el sábado era el séptimo día de la semana, el día en que Dios "descansó" tras finalizar la creación (1), pero los romanos antiguos le llamaban dies saturni y los ingleses actuales saturday. (Wikipedia)

De una charla que se prolongaría hasta las cuatro de la mañana
entre Tolkien y Lewis (Wikipedia)

"Llamas árbol a un árbol, sin detenerte a pensar que no era un árbol hasta que alguien le dio ese nombre. Llamas estrella a una estrella, y dices que es sólo una bola de materia describiendo un curso matemático. Pero eso es simplemente como las ves tú. Al nombrar y describir las cosas no estás más que inventando tus propios términos. Y así como [en este sentido] el lenguaje es invención de objetos e ideas, el mito es invención de la verdad. Venimos de Dios, e inevitablemente los mitos que tejemos, aunque contienen errores, reflejan también un astillado fragmento de la luz verdadera, la verdad eterna de Dios. Sólo elaborando mitos, sólo convirtiéndose en un sub-creador e inventando historias, puede aspirar el hombre al estado de perfección que conoció antes de la Caída. Nuestros mitos pueden equivocarse... sin embargo, conducen de forma trémula hacia el puerto de la verdad..."
J. R. R. Tolkien


En el folclore ruso el pájaro de fuego es un pájaro mágico que brilla intensamente, de una tierra lejana, y es bendición y condena a la vez para su captor. Es invariablemente descrito como un gran ave de majestuoso plumaje que brilla intensamente con una luz roja, ámbar y amarilla, como una hoguera que es sólo el pasado de una llama turbulenta. Las plumas no dejan de brillar intensamente si se quitan, y una pluma puede iluminar un gran cuarto si no es cubierta. (Wikipedia)




NOTA (1) Wikipedia: En la antigüedad el sábado era el séptimo día de la semana, pero el 7 de marzo del 321, el emperador romano Constantino I el Grande decretó que el domingo (el día del Sol) fuera considerado como séptimo y principal día de la semana, en reemplazo del sábado (‘día de reposo’). Y según el texto Catecismo doctrinal, en 1556 el Concilio de Trento transfirió el descanso a ese día: «Complace a la Iglesia de Dios, que la celebración religiosa del día sabbath se debe transferir al Día del Señor: el domingo».

jueves, 5 de julio de 2012

Los conspiradores

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A veces la naturaleza se confabula para, con una cantidad indeterminada de factores, crear un momento especialmente significativo. El corazón humano podría no estar receptivo al acontecimiento, pero si lo está y sobre sus emociones se agolpan de pronto todas las connotaciones estéticas de esa verdad manifiesta, entonces... ocurre la belleza. Otras veces no es la naturaleza sino un ser humano quien se convierte en creador y la belleza es ahora expresada por él mismo para su propio disfrute y el de los demás.

Mahler Symphony No.5, 4th Mvt "Adagietto". World Orchestra for Peace - Valery Gergiev



martes, 3 de julio de 2012

Una dulzura desmesurada

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עיניים של אחים (Los ojos de los hermanos)

Un día me confundí y en lugar de una, puse dos cucharaditas de azúcar en mi infusión. Me gustó, y pensé: por qué negarme un poco más de dulzor en esta pútrida vida. Así fue como comenzó una escalada cada vez mayor en la dosis de dulzor que por fuerza de no encontrarla en otra parte comencé a encontrar en el paladar. No sabéis cuán arrepentido estoy ¡pero cómo podía imaginar que poco a poco me convertiría en una mosca golosa! Hoy trato de consolarme revoloteando por aquí y por allá, zumbándole los oídos al más desprevenido, pero detesto mi colección de ocelos donde antes había un hermoso y único par de cristalinos.


Academy of St. Martin in the Fields
J.S. Bach: Adagios - Sheep may safely graze