jueves, 3 de abril de 2014

La Santísima Trinidad


Jung llama "sí mismo" a la suma de nuestro consciente (lo conocido) y de nuestro inconsciente (lo desconocido), es decir: la totalidad de lo que somos. El sí mismo opera, además, para todos los seres humanos por igual, y es gracias a eso por lo que se puede hablar de un "arquetipo", es decir: una forma de ser y pensar común a todos nosotros. Dios, su encarnación en Cristo y el Espíritu Santo cual aliento de los dos anteriores, conformarían el arquetipo cristiano de la Trinidad. Lo desconocido se vuelve consciente y se hace hombre.





Uno, dos, tres
Lo indivisible, lo otro y lo intermedio
Yo, tú, él
El padre, el hijo y el espíritu santo
Océano, isla, playa
Lo inconsciente, lo consciente y el devenir de la consciencia




Imagen: La creación de Adán, cerca del 1511, de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina, Palacio Apostólico (residencia oficial del Papa), Ciudad del Vaticano.