Los que tropezaron en sus vidas,
o los que nacieron en sitios y tiempos difíciles.
Los que sobreviven valientemente,
o los que se dejaron llevar por la desesperanza.
Los que están bailando en este momento con la más fea.
Me acuerdo de ellos,
y exclamo que este es en un mundo salvaje.
Pero mejor que mis palabras,
son la potentísima letra de este tangazo
y la magnífica imagen de mi querido y agridulce Chaplin.
Yo sólo quería recordar a los parias;
a los olvidados.
Y me remuerde estar aquí,
cómodamente,
escribiendo sobre ellos.
3 comentarios:
gracias, Átman
afecto como soy a las caricias intelectuales, esta me resulta especialmente cercana.
Un abrazo
No son los olvidados...están en el recuerdo de la memoria. No debemos sentirnos mal, por estar en donde estamos. Es mejor que llenemos de ilusión y amemos la vida, para ir haciéndola mucho mejor. Cuestión de vibración.
Te dejo un abrazo enorme lleno de buenísimas vibraciones,
Naia
Me encantan vuestras respuestas. Una caricia intelectual, una cuestión de vibración. Gracias a los dos. Un abrazo con sentimiento.
Publicar un comentario