viernes, 15 de abril de 2011

Siete puntos en el espacio

Foto de una estatua de Shiva en un templo de Bangalore, India.

Si tuviéramos que poner siete puntos en el espacio, podríamos ponerlos al azar y caóticamente, pero para hacerlo de una manera ordenada y simbólica deberíamos situarlos equidistantes entre sí, es decir: cuatro puntos en un plano horizontal (delante, detrás, derecha e izquierda), dos puntos en un eje vertical (arriba y abajo), y uno más en el centro.

Uniendo los puntos opuestos (delante/detrás, derecha/izquierda, arriba/abajo) obtendríamos tres líneas que cruzarían el centro formando una estrella tridimensional de seis brazos. En el plano horizontal se habría formado una cruz, representando los cuatro puntos cardinales, mientras que en la vertical se habría formado una línea, representando la altitud.

Estas tres líneas y sus siete puntos conforman una idea de totalidad y adquieren profundos significados.

En el plano horizontal, el eje delante/detrás se asocia a los puntos cardinales norte/sur, mientras que el eje derecha/izquierda se asocia a los puntos cardinales este/oeste. En ambos casos, hay una significación simbólica de dirección del tiempo (avanzar o retroceder, nacer o morir). Así, mirando al norte (delante), la derecha, en correspondencia con la dirección por donde amanece (este, sol naciente), simboliza el nacimiento, la luz, el pensamiento consciente (oriente, orientarse, situar el este) y el principio masculino (el sol); mientras que la izquierda (oeste, sol poniente) simboliza la muerte, las tinieblas, el pensamiento inconsciente y el principio femenino (la luna).

En el eje vertical la cosa no deja de tener belleza y quizás mayor importancia. Si el plano horizontal nos sitúa cardinal y temporalmente, el eje vertical lo hace desde el punto de vista de lo ascensional. La línea vertical de nuestra estrella tridimensional está segmentada por tres puntos: alto, centro y bajo, lo que se corresponde con la doctrina hindú de las tres gunas, que son, según Cirlot (1): sattwa (elevación, superioridad), rajas (zona intermedia o de la manifestación, ambivalencia) y tamas (inferioridad, tinieblas).

Por último tenemos el centro, término medio donde se cruzan los tres ejes espaciales. Dice Cirlot citando a Guénon (2): La zona de la derecha es la solar; la de la izquierda es la lunar. En el aspecto del simbolismo que se refiere a la condición temporal, el sol y el ojo derecho corresponden al futuro; la luna y el ojo izquierdo al pasado; el ojo frontal de Shiva al presente, que desde el punto de vista de lo manifestado, no es más que un instante inaprensible, comparable a lo que, en lo geométrico, es el punto sin dimensiones. Por eso se dice que una mirada del tercer ojo destruye toda manifestación, y por ello no se halla representado por ningún órgano corporal. Pero si nos elevamos por encima del punto de vista contingente, el presente contiene toda la realidad (lo mismo que el punto encierra todas las posibilidades espaciales) y, cuando la sucesión es transmutada en simultaneidad, todas las cosas permanecen en “eterno presente”, de modo que la destrucción aparente es verdaderamente la “transformación”.





1.- Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos, 1968.
2.- René Guénon, L´homme et son devenir selon le Vêdânta, 1941.

6 comentarios:

C.C. dijo...

Apelo a todas las mujeres que lean este post a protestar. Así que el lado izquierdo, el de la muerte, las tinieblas y el pensamiento inconsciente, es el del principio femenino ¿ eh ? Algo misógino ¿no os parece ?

Nada chicas, esto también lo superaremos.

Ya sabes, Atman, no me hagas caso. Un buen fin de semana pa'ti.

Ātman dijo...

Perdona, pero sí te voy a hacer caso, y no solo eso, sino que también, con tu permiso, me voy a sumar a esa protesta que convocas, porque creo que ya es hora de rehabilitar a la izquierda y quitarle el sentido peyorativo con que vemos todo lo que ella representa. Sin embargo, me parecería un error y una tergiversación intentar negar el concepto de lo que simboliza la mujer. Algo similar pasa con el color de la piel de la raza negra, cuyo color tiene los mismos significados negativos, y por eso muchos ni se atreven a pronunciarlo, convirtiendo a esos ciudadanos en afro-americanos (EEUU) o en morenitos.

Los símbolos no nacen de una elaboración intelectual individual, sino de un sentimiento íntimo y colectivo sobre lo que significa la realidad, una elaboración inconsciente de la humanidad cuyo historial se pierde en los albores de los tiempos.

Dante Bertini dijo...

una amiga bonaerense, zurda ella, se indignaba cuando los peronistas en el poder hablaban de la "izquierda apátrida"
una identificación extraña...

Ātman dijo...

Pues no me parece una calificación despectiva ni una asociación tan extraña. Según mi modo de verlo, el patrioterismo sería más propio de la derecha, de aquellos que pretenden defender la legalidad de las posesiones terrenales, el rango y los privilegios de clase; mientras que la izquierda estaría en disposición de defender unos ideales menos materialistas, más fraternales, generosos y universales (he aquí un principio positivo de lo femenino).

C.C. dijo...

Hola, Atman: espero sinceramente que el terremoto no te ha afectado a ti o a tus seres queridos. Si vives en Murcia city, seguro que habrás sentido alguna vibración.

Dinos que estás bien.

Ātman dijo...

Ya lo creo que lo sentí, CC. Duró un par de segundos pero fue lo suficientemente intenso como para sobresaltar a cualquiera. En Murcia capital no hubo ni siquiera desperfectos, así que mis allegados y yo mismo estamos perfectamente bien. Gracias por tu preocupación.