La vida y el agua

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La vida comenzó en el mar, nosotros nacemos en el medio acuoso de un vientre materno, y nuestro propio cuerpo está compuesto principalmente por agua. No se puede concebir la vida sin ella, y da la sensación que allí donde haya agua surgirá la vida. Así, agua y vida se vinculan mutuamente formando un poderoso tándem.

Según creencias científicas, toda el agua del planeta proviene de aportaciones extraterrestres. Se dice, que solo después de la formación de la tierra, una lenta pero constante caída de meteoritos habría sido la culpable de añadir tan importante elemento, de forma que poco a poco, impacto tras impacto, éstos habrían liberado el agua que contenían rellenando las cuencas terrestres de mares y océanos.

Es una extraña analogía, la idea de comparar un meteorito trayendo el agua al planeta y la de un espermatozoide intentando fecundar al óvulo, pero ese paralelismo existe (o al menos yo lo veo) y podría deberse a las conexiones que siempre se dan entre el macro y el microcosmos.

Fuera del mar, el ciclo de la vida y el ciclo del agua también se confunden. Así, cada vez que llueve, es el padre cielo el que fecunda a la madre tierra. Por eso el ritmo del hechicero (el padre cielo) cuando golpea su tambor (la madre tierra), como el golpeteo de las gotas de lluvia sobre el suelo, traen la fecundidad a la tierra.