martes, 25 de marzo de 2014

La tristeza de John Dowland


John Dowland (1563 – 20 de febrero de 1626) fue un compositor y laudista inglés, uno de los músicos más famosos de su época.


Detalle de: A party in the Open Air. Allegory on Conjugal Love (1590-1595) de Isaac Oliver (1556–1617)

Se conoce muy poco de la vida temprana de Dowland, pero generalmente se admite que nació en Londres o posiblemente Dublín. Se sabe que en 1580 fue a París, donde trabajó al servicio del embajador de Inglaterra ante la corte de Francia. Allí se convirtió al catolicismo tras amenazas del emperador y posiblemente trabajó hasta 1587. Después de buscar en vano un puesto en la corte protestante de Isabel I de Inglaterra, según él debido a su conversión, estuvo al servicio del duque de Brunswick y del conde de Hesse. Asimismo viajó a Italia. Desde 1598 trabajó como músico en la corte de Christian IV de Dinamarca. Volvió a Inglaterra en 1606 y por fin en 1612 obtuvo un puesto como laudista de Jacobo I de Inglaterra. También tocaba sus canciones a un público extenso. Murió en Londres. Aunque fue famoso en su época como laudista y cantante, hoy en día es reconocido como un gran compositor de música melodiosa y armónica. Compuso 87 canciones (para voz y laúd) que se publicaron en tres Books of Songs or Ayres (1597, 1600 y 1603), A Pilgrims Solace (1612) y Musical Banquet (publicado por su hijo Robert en 1614). Sus demás obras incluyen: Lachrimae (1604), conteniendo 21 obras instrumentales, y muchas piezas para laúd solo. Su música a menudo muestra la melancolía que estaba de moda en esa época. Una de sus obras se llama Semper Dowland, semper dolens ('Siempre Dowland, siempre triste') y se podría decir que es una descripción adecuada de su obra. (Wikipedia)



Come again! that I may cease to mourn
Through thy unkind disdain;
For now left and forlorn
I sit, I sigh, I weep, I faint, I die
In deadly pain and endless misery.

Gentle Love, draw forth thy wounding dart,
Thou canst not pierce her heart;
For I, that do approve
By sighs and tears more hot than are thy shafts
Do tempt while she for triumphs laughs.


Ven de nuevo, así puedo dejar de llorar,
por tu cruel desdén.
Ahora me siento abandonado y triste
Me siento, suspiro, lloro, me desmayo, muero,
en el dolor mortal y la miseria sin fin.

Tierno amor, arranca tu dardo hiriente,
porque no puedo perforar su corazón;
yo, que me empeño
con suspiros y lágrimas más calientes que tu flecha
lo intento mientras ella ríe triunfante.





La misma canción interpretada por Sting





18 comentarios:

Miroslav Panciutti dijo...

Interesante este Dowland. No lo conocía.

Ātman dijo...

Como curiosidad, te diré, Miroslav, que la misma canción de este post la tiene Sting en su repertorio: http://www.youtube.com/watch?v=55jnH3rqcoU
Un saludo

Grillo dijo...

Ay, qué tío más polifacético y que vida tan movidita la de J. Dowland.

El cuadro de I. Oliver es preciso y de un colorido muy bien conjuntado, muy agradable y suave a la vista.

Pero ¡ Vaya guateques al aire libre ! Qué follón de gente besándose entre árboles mientras otros intentan dar caza a un cochino. Y lo alegórico conyugal en primer plano es chistoso: a ver que desposados arrancan 'a lo suyo' entre tanta patulea... Se diría que la novia, tan peripuesta, está tirando del marido, que parece reluctante a hacer nada con un centenar de testigos y perros. Bueno: tal vez en aquellos tiempos fueran así las cosas.

Me gusta mucho.

Ātman dijo...

Me alegra que te haya gustado, Grillo. Yo creo que en aquella época el flirteo era corriente, pero que para ir a mayores necesitaban de intimidad, solo para quitarse los ropajes ya tendrían con qué entretenerse. También creo, que aún sin métodos anticonceptivos tan sofisticados como los nuestros, se las arreglaban para pasárselo bien con bastante frecuencia. Hay que tener en cuenta que en aquella época no tenían acceso a muchos pasatiempos y ¡qué se podía hacer durante una larga tarde lluviosa!
Un saludo

C.C. dijo...

Gracias, Atman.Estoy de acuerdo con Grillo : el cuadro es precioso y gracioso. También me ha gustado mucho la voz de la cantante ; mucho más que Sting (al que adoro) en el CD que mencionas.

No recuerdo dónde he leído que, antiguamente, era frecuente que una pila de gente asistiera a la desfloración de la novia y de paso
a la comprobación de la virilidad del novio en la noche de bodas.

Ātman dijo...

Hola, CC. La canción que menciono de Sting no es un CD sino un enlace. Por ti y por Grillo, que con las operaciones internéticas no se aclara, he decidido incluirlo como anexo al post. La canción, como se puede apreciar en la de Sting, es más larga que la interpretada por la chica (Valeria Mignaco) que solo incluye las dos estrofas más emotivas. En cuanto a la cuestión de la libertad sexual de esa época, la verdad es que lo desconozco, pero se me ocurre que debía ser una mezcla de represión moral, miedo al embarazo y entusiasmo por saltarse las reglas. Haré mis indagaciones, pues me ha picado la curiosidad.

Ātman dijo...

Sin buscar mucho, he encontrado esto:
Foucault afirma que la historia de la sexualidad se articula en torno a dos grandes rupturas, una en el siglo XVII, cuando nacen las grandes prohibiciones, y una en el siglo XX, cuando se aflojan los mecanismos de represión.
Estaríamos hablando pues, de una época, la de John Dowland, fronteriza...
http://www.jotdown.es/2014/02/una-historia-de-la-sexualidad-i/

Grillo dijo...

En aquellos tiempos, y mucho mucho antes, usaban como preservativos tripas de animales de un tamaño ad hoc, previo humedecerlos con agua templada.
También se los hacía de ganchillo, pero no eran muy seguros...

La higiene era 'otra'. De hecho, por ejemplo, era todo un honor poder acompañar al los reyes mientras se sentaban en el otro trono, el de hacer 'popó', y se les daba cháchara si estaban estreñidos.

Gracias, gracias por tener en consideración a quienes no somos unos internautas avezados.

Ātman dijo...

De nada, Grillo. Eres un cachondo, aunque algo de verdad hay en tus palabras ¡no quiero ni imaginar los métodos anticonceptivos y abortivos de la época!

C.C. dijo...

El CD de Sting se llama Songs from the Labyrinth. Si no recuerdo mal, son todas canciones de Dowland. Lo compré, pero enseguida se lo regalé a no sé quién porque no me gustó nada.

Ātman dijo...

Supongo que un CD entero de John Dowland puede ser terrible. De las canciones que he escuchado, aparte de "Come Again", me ha gustado "Flow my tears", pero otras son realmente soporíferas.

Lansky dijo...

Con mis disculpas por los bruscos desencuentros del pasado, no por el reciente que no es atribuible a mí:

http://www.lansky-al-habla.com/2014/03/receta-para-hacer-un-mandala.html

(abrir con botón derecho de ratón)

Dowland me encanta (era el músico favorito de Phillip K. Dick, el genial autor de Blade Runner y otras novelas de S.F.)

Ātman dijo...

Acepto tus disculpas, como no podía ser menos. Tu comentario trampa, por haberme hecho leer todo tu extenso post, es para mí una alegría, y demuestra una vez más lo que se dice sobre ti: que no eres persona rencorosa. Blade Runner... qué gran película y qué importante lo que allí se cuenta. Además del micro, el macro y el meso cosmos, están también el tiempo y la evolución, que en el tiempo presente parece ser que ocupamos los humanos, pero como una etapa efímera dentro de un plan mayor, inconcebible y desconcertante. Vayan por delante también mis disculpas por la parte que me corresponde. Hasta pronto, espero. Un saludo.

Lansky dijo...

Una confirmación parecida obtengo yo de tu respuesta.

Hasta la vista y un saludo

Lansky dijo...

Por cierto, que me condenen al infierno, pero me gusta más la versión de Sting que la de la soprano

Ātman dijo...

Las dos me gustan. En la primera se apreciarían más los sentimientos a través de esa voz dulce y cristalina, mientras que en la segunda los sentimientos estarían exaltados por los coros y la canción se convertiría en una suerte de himno. Puestos a elegir me quedo con la de la Mignaco que además es más guapa que Sting.

Lansky dijo...

Ya sabes, Àtman, que todo depende del color del cristal con que se mira, el de una mujer heterosexual, como la mía, le hace decir justo lo contrario, que Sting es más guapo.

Ātman dijo...

Tengo sumo respeto por todos los gustos e inclinaciones, así que... sin problemas.