domingo, 13 de julio de 2014

Ciencia y religión


No sabemos gran cosa de los animales. Hemos llegado a comprender que son inteligentes y que incluso algunos tienen un idioma con el que son capaces de comunicarse. Los instrumentos de los que se valen para expresarse son a veces una simple variación en el tono y cadencia de sus voces, otras, determinadas danzas en el aire o feromonas por los suelos.


Sabemos también que son capaces de reservar ciertos espacios a los cementerios como le ocurre al elefante. Pero lo que ningún animal sabe hacer es avanzar estrepitosamente en sus habilidades técnicas o de comprensión de su entorno. Es decir: solo el hombre es un animal científico.

Gracias a la ciencia y desde el principio de los tiempos humanos, los hombres han sabido elaborar armas para atacar o defenderse de sus enemigos o presas. La evolución de esas armas ha sido tan exitosa como vertiginosa. La religión, sin embargo, que es un sentimiento íntimo y reflexivo sobre lo que está bien o lo que está mal y al cual hemos sabido poner palabras, en más de dos mil años apenas ha sabido variar sus postulados y todavía sigue enunciando: No matarás.




Foto: Louise Docker - Lift Off- Best Viewed Large



4 comentarios:

Lansky dijo...

¡Joder! Hablar de “animales” en los términos generales que tú lo haces en este post es lo mismo, casi, que hablar de “cosas”, desde cohetes espaciales a tapones de botellas o cantos rodados y pretender extraer alguna conclusión válida aparte de que existen.. De muchos animales sabemos de hecho más que de nosotros mismos, los humanos, de otros nada o poco más que su nombre científico. Pero decir que no sabemos... de los animales, cuando existen publicados unos cientos de millones de 'papers' y artículos sobre su ecología, fisiología, hábitos, conductas... en fin.

Un saludo

P.S.- El anterior comentario mío lo he borrado porque contenía una errata, no es autocensura

Ātman dijo...

Comprendo tu espanto, Lansky. Seguramente no pensamos lo mismo cuando nos referimos al saber. Lo mismo podría haber dicho que no conocemos gran cosa sobre la realidad o, como tú mismo dices, sobre nosotros mismos. De todas formas mi crítica se refiere precisamente a ese saber que nos sirve para matar mejor pero no para dejar de hacerlo.

Lansky dijo...

De acuerdo, de hecho, ese ramalazo irracionalista tan característico de las pseudociencias me pone de los nervios. Problema mío y del conjunto de la ciencia positiva, que es la que permite a traves de su sobrina la tecnología, que tú puedas escribir estas cosas tuyas con las que tan en desacuerdo estoy yo y, modestamente, algunas de las mentes más avanzadas del planeta).

un saludo

Ātman dijo...

Bueno, Lansky, el saber desde luego abarca muchísimo más que la ciencia, están el arte y la religión, y no sé cuántas cosas más: la historia, los deportes, el sexo, la filosofía, etc. Además están las ciencias que algunos no consideran tales, como la psicología que a mí personalmente me apasiona tanto. Y por último la ciencia propiamente dicha de la que yo hago un uso doméstico porque evidentemente no tengo tu formación ni ninguna otra más allá de lo que aprendí en el colegio, algún que otro libro y los documentales de la tele.