miércoles, 8 de septiembre de 2010

Rodeados de misterios

.
Sabemos... que todo comenzó con una gran explosión. Como vivimos en la era de los Estados Unidos de América, a dicha explosión se la conoce con la expresión inglesa: “El Big Bang”, y no en latín, que se me ocurre que se diría algo así como: “Eruptionis Monstrosus”. En cualquier caso, hasta ahí llega nuestro entendimiento cosmológico en los tiempos presentes.
.

Ni que decir tiene que a un nuevo conocimiento la ignorancia se aleja un poco más pero no por ello deja de existir. Porque: ¿De dónde y por qué surgió esa explosión? Pero no hay que preocuparse, el problema de dar explicación a nuestra ignorancia se resuelve fácilmente creando la idea de la existencia de Dios. Y por favor: ¡No preguntéis quién creó a Dios!

También sabemos...que en el océano primigenio, la combinación y recombinación de las moléculas, agitadas por la energía solar, desembocó en un fenómeno extraordinariamente singular: ¡El nacimiento de la vida! Algunos opinan que este hecho se debió a causas fortuitas, otros a designios divinos… Pero volvemos a lo mismo: nuestro profundo desconocimiento. ¡Cuánto misterio! Y en cierta forma ¡que maravilloso que así sea! Venimos al mundo sin saber cómo ni por qué y nos convertimos en un enigma dentro de otro enigma. ¿Habéis reparado en el insondable misterio que encierra, no ya el surgimiento, sino tan sólo la transmisión de la vida entre padres e hijos? El ciclo mágico de vida y muerte. Y eso se produce cotidianamente delante de nuestros ojos. Sabemos... que la sexualidad y la muerte fueron un gran avance en la historia evolutiva de las especies, que permitió la combinación genética y la selección natural. Así, el óvulo femenino es fecundado por un espermatozoide masculino y el milagro ya está servido: ¡Las dos células paternas que ahora forman el cigoto acaban de escribir la partitura de una gran sinfonía que dará lugar a la formación de un nuevo ser humano completo!

Imagen: Óvulo rodeado de espermatozoides.

9 comentarios:

Mostro dijo...

Profundísimo.

Ātman dijo...

Bienvenidos señores de “El Gran Surmano”, mi blog como podéis apreciar tiene poquísimos visitantes y menos comentaristas aún, por todo lo cual, agradezco la deferencia que me hacéis de al menos leerme. Pero debido al estilo y finalidad de vuestros comentarios (que conozco sobre todo por las perlas malintencionadas que dejáis en otros blogs que sigo regularmente), mi actitud futura será la de declinar la costumbre que procuro mantener de devolver el comentario.

Lansky dijo...

Ya sabes, amigo Atman, que tenemos planteamientos distintos antes estos asuntos –un pedante diría que nos ‘posicionamos’ antagónicamente. Para mí lo fascinante no es tanto que haya misterios, como que esos misterios tengan explicación. La incomprensión hacia la función de la ciencia por parte de la mayoría de los profanos no deriva de que no conozcan los detalles ‘técnicos’, sino de que yerran al evocar sus objetivos, que no son tanto los de responder preguntas (misterios) como la de hacerse las preguntas adecuadas. Precisamente eso es lo que la distingue de la filosofía (oriental o no) que no tiene esa limitación, y también de las pseudociencias y paraciencias. El problema es que por cada pregunta contestada surgen varias nuevas por responder, como es el caso de la física moderna; la metáfora sería la de caminar hacia el horizonte: permanece siempre distante, pero en el camino recorrido vamos viendo nuevas cosas asombrosas. Por eso la ciencia progresa y se queda anticuada y la filosofía, Spinoza, Platón o el tao, no. Sus preguntas son eternas e inviables para un científico consciente de sus limitaciones.

Indudablemente en todo esto juega parte el talante, hay personas, por ejemplo, que las pirámides mayas le parecen fascinantes porque creen que son pistas de aterrizaje o faros interestelares de naves de otos mundos; yo las veo fascinantes precisamente porque considero que no lo son. En cualquier caso –y lo tengo muy repetido- el excesivo escepticismo pude ser una forma de estupidez simétrica a la excesiva credulidad.

Un saludo y disculpa la extensión

Vanbrugh dijo...

Creo inútil preguntarse de dónde y por qué surgió la gran explosión inicial. Puesto que postularla implica aceptar que "antes" de ella no había espacio -"dónde" carecía de significado- ni tiempo -"antes" tampoco quería decir nada -ni, por tanto, posible relación de causa y efecto de ninguna clase -"surgir" y "por qué", por tanto, eran igualmente conceptos inútiles.-

En cuanto a Dios, yo, por ejemplo, que creo seria y profundamente en Él, no lo considero una respuesta, sino, más bien, la formulación más adecuada de la pregunta. En esta cuestión coincido plenamente con Lansky, la única forma de progresar en el conocimiento no consiste en aventurar respuestas imposibles, sino en plantear las preguntas adecuadas.

Lansky dijo...

En ciencia, como en la vida, el camino y no la meta es lo verdaderamente bello. Por ejemplo, ahora se sabe que tras el Big Bang (expresión que hizo fortuna, pero originalmente peyorativa acuñada por el astrofísico y escritor de SF Fred Hoyle, partidario, como el primer Einstein de un universo estático) inicialmente el universo salió cagando hostias, pero teóricamente comenzó a frenarse por efecto de la atracción gravitatoria, sin embargo, ahora se ve que contradiciendo esa intuición, se está acelerando nuevamente (desviación al rojo, de ahí la constante cosmológica de Einstein que él mismo luego repudió, pero que parece eficaz…) y de ahí que surja lo de la famosa energía oscura…que parece suponer el 70% de la masa/energía de todo el universo.

Lo que pinte Dios o Chimdapurna cuchuvei en todo esto yo no lo veo por ningún lado, pero debo reconocerle una cosa, quizás permita el mal en el mundo y tal, pero por lo menos no interfiere chapuceramente en estos maravillosos ‘mecanismos’. Un mal filósofo o un teólogo tosco diría que la energía oscura es quizás dios, o sea, que dios es el 70% de su creación, lo que me parece una estimación herética.

Grillo dijo...

¡ Hola Átman !

Sin gran seguridad (mi materia preferida son las tontunas y asuntos algo fuera de contexto), pienso como la mayoría que todo esto empezó con La Gran Explosión... pero eso ya no es tan seguro ni me parece que tuviera sentido ni lógica. ¿Explotar qué ensalada cósmica y para qué? ¿Fué un accidente o un error?

Como es sabido el Hombre se hace preguntas adecuadas que le intrigan lógicamente sobre su origen y devenir final, y custionarse asuntos naturales suele acabar con respuestas sobrenaturales, religiosas y supersticiosas. Yo envidio a veces a las gentes con esa fe llamada del carbonero. - Ea, fue la voluntad de un dios y no hay más que dudar.

Del nacimiento de la vida, de su evolución y mutaciones, sí que tenemos ya evidencias científicas.

Estoy TOTALMENTE de acuerdo contigo en lo de el MARAVILLOSO MISTERIO DEL VIVIR. Y punto.

__________________________________

Entra CUALQUIER espermatozoide avispadillo en UN solo óvulo, la célula reproductiva madura de las mujeres, y ya estamos...

La célula equivalente del hombre es el espermatozoide, de los que largamos ciento de miles en cada 'viaje'. Okey. ¿No mutará también nuestra especie en ese sentido y pueda llegr a ser al revés?: un espermatozoide dándose coscorrones (o recibiéndolos) por entre una miríada de enorme óvulos...

Quiero decir que ya sea un dios, una supesta explosión o la evolución de la especie, algo nos ha favorecido a los tíos - al menos en esa cantidad de chisgates.

Y vuelvo a estar con Lansky (ya me jode estarlo a menudo), en su réplica al sensatísimo Vanbrugh: En la ciencia como en la vida es el camino lo verdaderamente bello, y no la meta, (seguro que no se refiere a meterla...)

Te leeré con mucho agrado.

Ātman dijo...

Bienvenidos hombres de fe y de poca fe.

Lansky: no veo en tu comentario nada antagónico a lo que digo en mi post ni a lo que pienso al respecto. Sé que tienes un pensamiento eminentemente científico, y opinas que están fuera de lugar especulaciones más allá de lo políticamente correcto, sin embargo es curioso que reconocidísimos científicos hablen de que Dios no juega a los dados (Einstein), o que Dios es o no es necesario para explicar el Big Bang (Hawking). Creo que cosmogonía y cosmología van más unidas de lo que pudiera parecer. Que incluso la ciencia sólo busca la certificación de las respuestas que ya tenemos, porque hay un conocimiento previo al experimento científico. La diferencia estribaría en que la ciencia lo deja todo desmenuzado y ordenado, mientras que ese otro conocimiento es caótico y desordenado. En resumen, que yo también me apunto al espíritu científico, pero no desdeño las otras elucubraciones. Sumar y restar, es tan cierto como que blanco es positivo y negro negativo, para entendernos.

Vanbrugh: Tú siempre tan quisquilloso con las formas, ¡y casi siempre con razón! Es cierto, antes del Big Bang no existían ni el espacio ni el tiempo, entonces como dicen los letrados a los que les han protestado, “digámoslo de otra manera”: ¿Qué lo causó? Porque todo efecto ha de tener su causa ¿no? Yo no soy creyente como tú, pero creo que todas las religiones hablan de verdades matemáticamente correctas, y que para entenderlas hay que aplicarles un lenguaje que le sea propio. Y puede que la ciencia tenga limitado el espectro de lo que debe preguntarse o no, pero la curiosidad humana, no.

Grillo: Yo también envidio a los hombres que tienen fe. Soy ateo por la gracia de Dios, como dijo Buñuel, pero creo que hay un plan y una finalidad. He comprobado en mis propias carnes la emoción que se siente al escuchar una determinada canción, o al caer rendido a los encantos de una fémina; ¡en eso tengo fe! Y por mucho que se quiera, para comprender esas emociones y otras, no existen respuestas, pero sí claves secretas. En cuanto al óvulo fecundado (el cigoto), una vez formado, comienza a dividirse primero en dos células, luego en cuatro, en ocho, etc. así, hasta convertirse a los nueve meses en un bebé. ¿Cómo hace ese cigoto para saber cómo, cuándo y en qué cantidad debe formar células nerviosas, vasos sanguíneos, huesos, piel, el aparato digestivo, y el resto de órganos? ¡Os dais cuenta que en él están comprendidos toda la historia del universo y de la vida en la tierra!

Grillo dijo...

A propósito de púm, de explosiones iniciales y de Dios, os voy a recordar lo que despachó A. Monterroso referente al mundo en Movimiento perpetuo:

"Dios todavía no ha creado el mundo; solo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso".

Yo eliminaría lo de perfecto...

En materia de creencias no afirmo ni niego, no creo ni descreo, tampoco soy agnóstico. Sencillamente no tengo el menor sentimiento de transcendentalidad; aunque eso sí, estoy conforme y muy de acuerdo con este post de Átman: la vida es un portento y sus misterios me resultan maravillosos.

No me atrevo a hablar de 'felicidad' porque ese concepto me suena algo ñoño y no deja de ser un estado de ánimo pasajero según declaran quienes se han acercado a meditar sobre eso. Pero estoy muy satisfecho con todo (lo mío) en su conjunto.

Como persona de bien que creo ser me gustaría tener la capacidad de proporcionar suerte a quienes la necesitan o no logran la tranqulidad que anhelan.

Acabo ya con el cuentecillo chino (sic) del hombre pobre que se encontró en su camino a un antiguo amigo. Éste tenía un poder sobrenatural que le permitía hacer milagros. Como el hombre pobre se quejara de las dificultades de su vida, su amigo tocó con el dedo un ladrillo que de inmediato se convirtió en oro. Se lo ofreció al pobre, pero éste se lamentó de que eso era muy poco. El amigo tocó un león de piedra que se convirtió en un león de oro macizo y lo agregó al ladrillo de oro. El amigo insistió en que ambos regalos eran poca cosa.
-¿Qué más deseas, pues? -le preguntó sorprendido el hacedor de prodigios.
-¡Quisiera tu dedo! -contestó el otro?.

El autor se llamaba como todos los chinos: Feng Meng Chin Lung, o así.
También se diría que Dios no está por la labor de quedarse si el dedo milagroso. Allá Él, diría un dudoso.

Ātman dijo...

También se dice, querido Grillo, que hay que tener mucho cuidado con lo que se desea, pues se puede convertir en realidad. Yo creo que al pobre que no se contentaba con nada más que con el dedo hacedor de oro, le haría mucho más falta encontrar un poco de paz espiritual.