martes, 16 de noviembre de 2010

Las fantasías sexuales




Nadie nos pidió permiso para traernos al mundo, pero sentíamos que veníamos, estábamos tomando conciencia de nosotros mismos y comenzábamos a disfrutar del suave balanceo acuoso que nos contenía, y de pronto, y sin que nadie nos hubiese preparado para el tremendo acontecimiento que se avecinaba, nacimos. Y por si eso fuera poco, cuando por fin hacemos las paces con este horrible mundo reseco, empezamos a sospechar que ella, nuestra madre, que lo fue todo en nuestra vida, no nos pertenece.

Freud nos advirtió que la imagen asexuada de los niños es engañosa, porque según él, el sexo forma parte primordial de todos los intereses y preocupaciones infantiles, y que al igual que ocurre en el relato mítico de Edipo y tal y como lo pronosticara el oráculo, el destino humano conduce irremisiblemente a una encrucijada. El niño, en pleno idilio sexual con su madre, comienza a percibir un día que la madre no le pertenece por completo, se da cuenta que su padre es un peligroso rival, y un tremendo ataque de celos e inseguridad se apoderan de su vida, hasta el punto de imaginar que debería deshacerse de su padre, y que si pudiera, le mataría. Pero tras chocar una y otra vez contra la realidad, la fantasía termina por desvanecerse, pues descubre que su padre así como el orden social establecido, de ningún modo le van a permitir satisfacer sus deseos. El desenlace si todo sale bien consiste en que su ego será derrotado, la energía que estaba bloqueada se proyectará fuera de casa, conseguirá su propia pareja y con ello se pondrá fin al conflicto. (Ésto es: El complejo de Edipo).

Se podría decir que hay dos pulsiones. Una de regresión: retornar a la madre, restablecer el lazo umbilical, y volver al útero. La otra de progresión: desechar la fantasía edípica, encontrar otro amor fuera del ámbito familiar, y conectarse con los adultos y el mundo exterior.

Si hemos madurado lo suficiente pudiera ser que nuestra sexualidad y relación con el mundo nos satisfagan completamente, pero lo más probable es que no sea así y que la problemática de la vida adulta nos traiga el recuerdo de similares angustias y tensiones que ya experimentamos durante la infancia. Por tanto, en el mundo adulto al igual que en el infantil, surgen las fantasías; esas construcciones mentales que mitigan la ansiedad de una realidad que nos atormenta, que no resuelven los problemas pero que los esbozan y les dan una salida provisional.

Todas las fantasías son lícitas pues nos pertenecen a nosotros exclusivamente, pero en caso de llevarlas a la práctica deben realizarse dentro del consentimiento, pues de lo contrario serían motivo de abuso y violación de la integridad ajena.

La vida es con frecuencia demasiado gris como para que además nos neguemos a jugar y fantasear. La realidad y el destino se han encargado de encorsetarnos en unos roles dignos de ser transgredidos y muy apropiados para ser ignorados. Debemos conocer de dónde venimos, pero para saber quiénes somos, debemos experimentar, descubrir y crear nuevas realidades. A la condición humana hay que contraponer la creatividad humana y a la energía vital del amor hay que desbloquearla y construirle grandes avenidas para que circule libremente. Debemos llegar a un acuerdo no sólo con los demás sino con nosotros mismos, y a partir de ahí, abrir el abanico de las ricas posibilidades que brinda la existencia. Que cada uno de nosotros sea el artífice de su realidad y su fantasía.



• Hetero, homo y bisexualismo. La heterosexual es la forma natural, aquella que está concebida para la consecución de la reproducción. La homosexual sería una variante que igualmente se da en el mundo animal, pero que es más propia del refinamiento y la capacidad de transgresión del comportamiento humano. Quiero dejar expresamente claro con respecto a la homosexualidad, que esa práctica no tiene nada de reprobable, ni es distinta de la heterosexual en cuanto a fantasía, y aprovecho la ocasión para denunciar la mentalidad retrógrada de los que todavía opinan que esa inclinación sexual supone un comportamiento anómalo. Además, para todos aquellos que persiguen el mayor entendimiento en la cama (lo que cada uno desea que le hagan para obtener el mayor placer posible), la homosexual es la práctica perfecta, pues nadie mejor que un compañero del mismo sexo para conocer tus resortes fisiológicos y mentales. Y por último la bisexual, a la que desde mi heterosexualidad envido profundamente, porque como dicen ellos: “Cuando me gusta una persona no me importa qué sexo tiene”.
• Necrofilia (sexo con los muertos). También sexo con personas inconscientes: drogados, dormidos en el quirófano, borrachos. (En la película "Viridiana" de Buñuel se toca el tema).
• Zoofilia y pedofilia (sexo con seres indefensos o más débiles). Hay una practica masculina concerniente a la gallina, a la cual tras penetrarla por la cloaca se le corta la cabeza, ya que con los espasmos de la muerte, éstos generan un masaje sobre el pene, lo que unido al aleteo y la sangre derramada conforman un escenario estremecedor. Hay otra zoofilia más light que como ocurre en el caso de la pedofilia, consiste en conseguir el objetivo sexual sin que la victima, debido a su inocencia, se de cuenta verdaderamente de lo que ocurre.
• Incesto, pariente prohibido, engaño del marido o la esposa (sexo que desafía el ordenamiento social o familiar)
• Violación, tortura y asesinato (desafío extremo del ordenamiento social y moral)
• Masturbación (sexo en solitario) En el afán de reproducir una vagina o un pene: sexo con vegetales, vibrador, muñeca hinchable.
• Sexo oral: El beso (oral), la felación y el cunnilingus (sexo oral-genital) el sesenta y nueve (lo mismo que los dos anteriores pero recíproco), el beso negro (sexo oral-anal). Boca, ano y genitales son zonas muy erógenas y la práctica se identifica con la acción de comer, devorar, devorarte.
• Prostitución (medio asequible aunque no completamente aceptado para llevar algunas fantasías sexuales a la práctica). Entre los miembros de "Los ángeles del infierno", está establecido la existencia de una mujer “madre” que debe estar siempre dispuesta a satisfacer sexualmente a cualquiera de los miembros que lo requieran.
• Potenciadores de la excitación y el placer sexual, como cubrirse la cabeza con una bolsa de plástico (se busca la asfixia, lo que conlleva una aceleración del ritmo cardíaco; práctica peligrosa que ha sido causa de muertes accidentales por llevar los efectos demasiado lejos). También drogas como el Viagra o el Éxtasis.
• Sado-masoquismo (infligir o recibir dolor y humillación). Lluvia dorada (que se meen sobre ti). Coprofagia (que se coman tus excrementos), en "Saló o los 120 días de Sodoma" de Pasolini se toca el tema (film enormemente desagradable, sólo recomendable para estómagos muy curtidos). Azotes en las nalgas (típico castigo infantil), golpes, gritos y todo tipo de vejaciones. También esclavos, secuestrados, maniatados, inmovilizados.
• Introducción de dedos por el recto (como la famosa secuencia de "El último tango en París). En extremo: introducción del puño y hasta parte del brazo. Y lo mismo para la vagina.
• Tríos y orgías (sexo entre múltiples personas). También intercambio de parejas.
• Voyeurismo, exhibicionismo, practicar sexo en sitios públicos, toqueteo en aglomeraciones.
• Travestismo (persona que se siente y adopta el rol del sexo contrario, llegando incluso a cambiarse el sexo quirúrgica y legalmente).
• Sexo con minusválidos (físicos o psíquicos).
• Fetichismo, uniformes.
• Coleccionismo (consideración de las personas como objetos a conquistar, unido al deseo de pensarse a uno mismo irresistible). También colección de fetiches (como pelos del pubis en "La escopeta nacional" de Berlanga).
• Sexo con personas inalcanzables (por diferencia de edad, estatus social u otros motivos).
• Órganos descomunales, penes o pechos muy grandes. También personas muy gordas.
• Sexo con embarazadas, mujeres dando de mamar, masturbación masculina con los pechos de la mujer.
• Sexo con personas de otras razas, etnias, o culturas (uno de los motivos del turismo sexual).
• Sexo Tántrico y Kamasutra (refinamiento y mística oriental). Me interesa sobre todo el Tántrico, cuyo planteamiento consiste en hacer el amor sin buscar el orgasmo, con el objetivo de mantener la unión prolongadamente mientras se entra en profunda meditación. Aunque el Kamasutra con sus mil posiciones, es un colorido catálogo de las imágenes y figuras que genera el cuerpo.




Un diálogo de El último tango en París 

— Escucha,... quiero que nos miremos uno al otro... si.
— Es bonito no saber nada el uno del otro.
— Si.
— Tú no tienes nombre y yo tampoco tengo nombre. No hay nombres. Aquí no tenemos nombre.
— ¿Estás loco?
— Es posible que lo esté pero no quiero saber nada de ti. No quiero saber donde vives, ni de donde eres. No quiero saber absolutamente nada de nada. ¿Me has comprendido?
— Me asustas.
— Nada. Tú y yo nos encontraremos aquí sin saber nada de lo que nos ocurra fuera, ¿de acuerdo?
— Pero, ¿por qué?
— Pues porque…aquí no hace falta saber nombres, no es necesario. ¿No lo comprendes? —Venimos a olvidar, a olvidar todas las cosas, absolutamente todas. Olvidaremos a las personas, lo que sabemos, todo lo que hemos hecho. Vamos a olvidar donde vivimos, olvidarlo todo.
— Yo no podré, ¿tú si?
— No lo se. ¿Tienes miedo?
— No.

Imágenes y video: El último tango en París (Bernardo Bertolucci, 1972), con música de Gato Barbieri (en el video actuación en directo).

9 comentarios:

Miroslav Panciutti dijo...

¿Las fantasías como mitigadoras de la ansiedad? Puede que así sea en algunos casos. Pero no siempre ni necesariamente. En mi opinión las fantasías son simplemente un ingrediente más del sexo, muy recomendables ya que el sexo es , por encima de todo, algo mental.

Por cierto, ¿consideras toda esa relación con la que finalizas el post "fantasías"? Porque a lo mejor, en ese caso, hablamos de cosas distintas.

Zafferano dijo...

Maldición! Se me borró! Decía que si mal no recuerdo, el que quiso de repente recuperar la memoria a pasos agigantados fue el propio Brando, cuando María se hartó de tantos condicionamientos. Y mira que la intención era buena... Pero poco realista.

besotes!

Amaranta dijo...

Opino como Miros muchas de las situaciones que enumeras están señaladas como problemas psicológicas más que fantasías. Una fantasía no tiene porqué salirse de lo común tampoco, quiero decir que lo mismo tu fantasía es hacerlo con un actor de cine, pero sin hacer nada que no estés haciendo con tu pareja.

Lansky dijo...

¿Y qué tal hablar con cierta precisión de estos temas, ya que sigues citando al ‘Brujo de Viena’ como autoridad científica (¿?).

Empecemos pues por distinguir entre:

Reproducción

Sexo

Sexualidad

Erotismo

Cosas y fenómenos ciertamente relacionados -como todo, por otra parte-, pero en absoluto similares

P.S.- Por cierto, la María Schneider estaba muy buena, conese punto de vulgaridad tan excitante...y Marlon, soberbio

Ātman dijo...

Amaranta: La existencia misma es un problema psicológico, y no seré yo quién diga lo que es normal o enfermedad, creo que todos estamos muy cuerdos y a la vez terriblemente enfermos. Por cierto: sé muy bienvenida a mi blog, aunque ya hemos conversado en otras ocasiones, me hace ilusión que lo hagamos aquí (conversar).

Miroslav: Creo que las fantasías lúdicas que planteas son muy convenientes y probablemente no tengan su fundamento en ningún sentimiento trágico de la vida. Todas las prácticas sexuales imaginables, previamente han sido fantasías, consciente o inconscientemente. Algunas son fácilmente realizables, otras se enfrentan a fuertes tabúes sociales y morales. Fantasía y libertad son dos conceptos muy relacionados. Para ser libres, se deben transgredir los convencionalismos (los sociales y los de uno mismo) y dar rienda suelta a la imaginación, con el único límite moral de no perjudicar a nadie (ardua tarea, la de no perjudicar a nadie).

Zafferano: Si no recuerdo mal, Brando comienza su relación en plan frío, con el único afán de olvidar su tragedia personal, luego comete el ¿error? de enamorarse, ella por su lado, es curiosa y se ve a sí misma como una mujer desinhibida y atrevida, pero luego se asusta y vuelve a la chica pequeño-burguesa que realmente nunca dejó de ser. Estaban jugando y él quiso más y ella no. O sea que tienes razón, él tuvo la culpa, y esa culpa no es otra que la de buscar y encontrar cosas para la que no estaba preparado.

Lansky: Seguramente tienes razón, pero tampoco pretendas que haga una clase magistral. Lo que quería expresar, creo que se entiende, así que te pido comprensión y si acaso en lugar de criticar sin más, nos des pautas interesantes del porqué de esas confusiones. Opino como tú de la película, y añadiría que qué buena la música de Gato Barbieri y que chulo París.

Saludos, abrazos y besotes para todos.

Lansky dijo...

¿Criticar sin más?

Ātman dijo...

Claro, Lansky, me criticas diciendo que no hablo con precisión ni sé distinguir los conceptos que mencionas. Cuéntame algo más y así podré saber por dónde vas y decirte mi opinión.

Dante Bertini dijo...

tan extenso y minucioso como para merecer + de una lectura
la prometo!
abrazo

Ātman dijo...

Otro abrazo para ti, Dante.