viernes, 1 de octubre de 2010

Hablemos de sexo


The John Lennon and Yoko Ono photograph by Annie Leibovitz

En nuestra modernidad nos hemos ido liberando de algunos viejos prejuicios sexuales de tal forma que hoy se aceptan ciertos supuestos que en el pasado hubieran sido considerados indecorosos o escandalosos. Se podría decir que hemos llegado a un consenso (al menos intelectual) de cómo debería ser la práctica sexual para que ésta se considere legal o moralmente aceptable:

Debe realizarse entre adultos o entre adolescentes
(pero no entre un adulto y un menor)
dentro del consentimiento mutuo y en la intimidad.

A este precepto escaparía por motivos algo misteriosos (seguramente hipócritas) el ejercicio de la prostitución, de tal manera que el negocio sexual debe manejarse dentro del fraude fiscal, la proliferación de mafias y la corrupción política.

En cuanto a la exhibición pública de la desnudez de nuestro cuerpo existen reglas algo más difusas de hasta dónde está, o no, permitido enseñarlo, y según en qué sitios. Nuestra sociedad además, se siente escandalizada de que haya otras culturas donde se exige el rostro cubierto de la mujer, y puesto que muchos de esos ciudadanos conviven con nosotros, también se podrían poner limitaciones a lo que se puede o no ocultar, como es el caso del debate en torno a si se debe prohibir el velo islámico.

Y digo todo esto porque lo que realmente quería era poneros el video de Fernando Arrabal “Mi idolatrada felatriz”, una poesía que bordea lo moralmente aceptable al ponernos delante de una exhaustiva reflexión sobre la felación. No creo que escandalice demasiado, pero sí que es original y a mí me resulta incluso bello (puede que sea porque me cae bien Arrabal).


3 comentarios:

Dante Bertini dijo...

este es uno de los arrabales que más disfruto...

Grillo dijo...

Es evidente que salvo en raras ocasiones y en escasas sociedades 'rompedoras', el sexo y su práctica se ha tratado con excesiva hipocresía y con una pudibundez demasiado ñoña. (Desde luego, a mí no me gustaría follar en mitad de la calle o en mi casa con gente mirando.)

Tanto misterio y tanta complicación para hablar o escribir sobre el sexo a veces me lleva a consideraciones contradictorias, porque 1) por un lado es un impulso universal, no sólo necesario para la continuidad de la especie, sino que muy gustoso e incluso divertido si uno se lo propone.
Y 2) Aún así ha sido uno de los grandes tabúes sociales, religiosos, etc.
No sé, tal vez se deba a que su ejercicio supone algo (mucho) de intimidad. Todos cagamos pero raramente lo hace nadie en público ni alardea de sus 'cagadas' Incluso da 'corte' hablar de heces con un doctor en casos que son necesarios. ¿No?

Y Arrabal... No dejo de escucharle y verle cuando concede entrevistas, pero no me identifico con sus ideas. Lo que empezó siendo extravagante y 'pánico' ha dado en ser una provocación a veces descontrolada. Es una 'rara avis'. Bueno para la pequeña historia de la literatura pero perfectamente prescindible.

Muy interesante tu tema.

Ātman dijo...

Dante:

De un urbanita como tú no se podía esperar menos.

Grillo:

Creo que tienes razón, hay una contradicción entre urbanidad y naturaleza, y ya sabes lo que dijo Freud: a mayor represión (sexual) mayor cultura. También creo que la intelectualidad moderna ya no se escandaliza por nada que tenga que ver con la sexualidad, pero el mundo está lleno de todo tipo de sensibilidades, y lo que para muchos es un divertimento de Arrabal, todavía hay quiénes pueden considerarlo de mal gusto y censurable. Desde mi sensibilidad, ese poema se mueve entre una leve picardía provocadora y una aceptación y disfrute de poder usar esas palabras con total libertad.