jueves, 17 de marzo de 2011

¿Crisis? — ¿Qué crisis?

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Es sabido que “mal de muchos es consuelo de tontos”.
¿Pero a que parece que nuestra “gran crisis económica” ya no lo es tanto?

Fotograma de El Acorazado Potemkim

Estos día se ha llegado a hablar de "Apocalipsis" para calificar el mal asunto de Japón, y no se habla (o mucho menos) del otro asunto de la actualidad, el de Libia. Pero perdamos un poco nuestra pudibundez.

A continuación os propongo dos videos, el primero es un fragmento de la irreverente película de Zbigniew Rybczyński, Steps (1987), donde un grupo de turistas americanos se pasean por la famosa escena de la escalera de Odessa en El Acorazado Potemkim (1925) de Sergéi Eisenstein. El segundo es una secuencia de guerra nuclear en la película Sacrificio (1986) de Andrei Tarkovsky.





11 comentarios:

Dante Bertini dijo...

un programa doble de escalofrío...
necesario para algunos que prefieren no ver, no oír, no hablar
gracias y un abrazo

Emma dijo...

Ahora que ya sé de qué hablas cuando hablas de "Sacrificio" diría que tienes razón, pero quizás no estemos todavía con los pies en el mundo, y puede que muchos de nosotros, cuando comencemos a estarlo, ya tengamos que dejarlo.

Ātman dijo...

Hola, Dante. De ambas crisis se desprende una única conclusión: estamos en el mundo para disfrutarlo, no para destruirlo, y para cambiar nuestros hábitos destructivos, como bien dices, debemos hablarlo, verlo y oírlo.

Un abrazo para ti también.

Ātman dijo...

Emma: Como ves no te engañé, la película de Tarkovsky no es la típica película de acción, y por ello mismo consigue darle todo el relieve escalofriante (como dice Dante) que hay implícito en un hipotético conflicto nuclear. Por otro lado decirte que aunque nosotros ya no estemos, habremos dejado nuestro legado a los que nos sucederán, y eso debería enorgullecernos (a pesar de los pesares).

Emma dijo...

Es importante por tanto que empiece a pensar en mi minúsculo legado.

Ātman dijo...

Dice Jodorowsky:

http://elatman.blogspot.com/2010/08/jodorowsky-en-el-universo.html

“El hombre es humanidad, no es hombre. Entonces hay un destino humano y es ahí de donde vienen los egoísmos. Pero hay el destino de la humanidad. Somos humanidad, entonces, mientras no nos situemos en ser humanidad, estamos en el egoísmo y la destrucción y la auto destrucción. Yo como humanidad ¡quiero conocer todo el universo, quiero vivir tanto como vive el universo y quiero llegar a ser la consciencia del universo!”

C.C. dijo...

Ay, Atman, me temo que no entiendo la secuencia de la película Steps.
¿ Qué nos quiere decir ?

¿ Cómo te sientes, ahora que los aliados están bombardeando Libia ?
¿ Está pasando lo que imaginabas iba a pasar ? ¿ O, lo ves como yo : unas medidas abusivas de las que Gadafi se ríe ?

Vanbrugh, gracias por tus comentarios del otro día sobre el tema.

Ātman dijo...

Hola nuevamente, CC. Paso a contestar tus preguntas.

Creo que Rybczyński, conjugando presente y pasado, realidad y espectáculo, drama y comicidad, consigue un retrato inquietante y amargo de nosotros mismos y de los distintos papeles que podemos interpretar (victimas, verdugos o espectadores del drama humano).

En cuanto a Libia, la verdad es que pensé que occidente se había lavado las manos, que asistiríamos a un nuevo episodio de crímenes contra la humanidad, y que después de todo, algunas decenas de miles de paupérrimos y malvados árabes menos no le importarían a nadie. Por suerte me equivoqué, aunque faltó muy poco, pues Bengasi (ciudad de un millón de habitantes) estuvo a punto de capitular y sus habitantes haber sido pasados por las armas. Todo está pasando tal como se había anunciado (la exclusión aérea no es una acción militar inocua). Lo que no estaba previsto son las dudas y las condenas a la iniciativa por parte de Rusia, China, Brasil, India, Alemania, Liga Árabe, Unión Africana, en España Izquierda Unida, en Sudamérica Chávez, Castro y Ortega, etc. Y lo que me parece más lamentable de esas críticas es que no ofrecieron en su momento (ni ofrecen ahora) ninguna alternativa, salvo la aceptación de los terribles acontecimientos que se avecinaban. Todos aquellos que han apoyado o secundado esta acción han crecido a mis ojos, y a la inversa, todos aquellos que se han opuesto se me han empequeñecido. Y por último decirte, que ni Gadafi ni el resto de los tiranos para los cuales su poder se ha puesto en cuestión se ríen lo más mínimo, sino que maldicen la hora en que se rompió el status quo. Vaticino para todos ellos la caída, y la de Gadafi en los próximos días. Insha'Allah (إن شاء الله)

Anónimo dijo...

qué bonito pelo tienen algunos

C.C. dijo...

¡ Ojalá tengas razón en lo que se refiere a Gadafi ! Yo sigo siendo pesimista, y los eventos de hoy refuerzan mi opinión (por desgracia). Esperemos, pues. El futuro nos dará una respuesta.

Ātman dijo...

Hola, CC. Hay que tener paciencia, el poder militar de los aliados es muy grande pero solo pueden actuar a campo abierto, además, los que tienen que ganar su guerra son los libios, no nosotros. La caída de Gadafi (no tengo la menor duda de que así será) se retrasó desgraciadamente por el tiempo que se tardó en llegar a la decisión de intervenir, ¡pero al menos se tomó!

Las revoluciones es lo que tienen “están como revueltas”, además, a las revoluciones populares árabes se ha sumado esta revolución tecnológica (intervenciones militares quirúrgicas) de los nuevos gendarmes del mundo. Hoy en día cada vez está más caro ejercer de tirano, no solo has de estar bien armado sino que no puedes cabrear a la policía internacional, lo que no me parece del todo mal, al menos ya es un paso que con el tiempo espero se pueda generalizar y aplicar el mismo principio, por ejemplo, al ejercito israelí contra alguna de sus evidentes actuaciones criminales. El mundo tembló con los 3.000 muertos de las torres gemelas, espero que ahora no sea racista y tiemble nuevamente (da la sensación de que si los muertos son asiáticos, africanos o sudamericanos importan menos), eso sí, para como hace la policía común: tratar de neutralizar a los asesinos, no para causar los muertos. Mi eslogan sería: No a la guerra, Sí a la policía. Y si la policía lo hace mal: Sí a las protestas, a la crítica de la prensa libre, y a echarlos a patadas “democráticamente” como les ocurrió a Aznar, Blair y Bush (por cierto que además de policía hacen falta tribunales internacionales que no se limiten a juzgar solamente a los vencidos, sino también a los vencedores).