lunes, 14 de marzo de 2011

El mundo en un aprieto

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Según mi entender, las revoluciones más significativas, aparte de la del neolítico o la industrial, han sido la Revolución francesa (que derivó en el fin de las monarquías absolutas, la abolición de la esclavitud y la declaración de los derechos humanos) y la Revolución rusa con su implantación del comunismo (que aún sobrevive en la que está llamada a ser la próxima potencia mundial: China). Y me pregunto, ¿estaremos viviendo una nueva revolución? porque últimamente no dejan de ocurrir imprevistos: la caída del muro de Berlín, el crecimiento económico de China, la crisis del capitalismo y ahora, la sublevación árabe.


Vivimos en un mundo cada día más globalizado económicamente gracias a la expansión del capitalismo (las leyes del mercado, FMI, OMC...), más heterogéneo gracias a los flujos de emigración y las asociaciones internacionales (ONU, Unión Europea...), y más transparente gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación (redes sociales, telefonía móvil...). Pero no nos engañemos, el mundo sigue siendo básicamente injusto y antidemocrático, y siguen reinando los mismos intereses de toda la vida. Con la caída del muro de Berlín estuvimos a punto de ver la primera guerra civil de la historia en una superpotencia moderna, armada hasta los dientes y con capacidad nuclear (por suerte la historia nos libró de tremenda tragedia, que quizás hubiera derivado en la tercera guerra mundial). Pero ahora nos encontramos en una tesitura igualmente peligrosa. La zona en conflicto está situada ni más ni menos que en la región del mundo donde se encuentra la energía que mueve al mundo: el petróleo.

Las revueltas árabes ya tienen dos ejemplos de triunfos relativamente pacíficos (aunque todavía inconclusos) en las revoluciones egipcia y tunecina, y otro de incertidumbre en el caso de Libia, que se encuentra en un paréntesis debido a que el proceso revolucionario parece haber derivado en guerra civil. Yemen y Bahrein pudieran ser los próximos, y en lista de espera se encuentran casi la totalidad de los demás países árabes, excepción hecha de Afganistán y Pakistán, los cuales se mueven en el ámbito de la “Guerra Contra el Terror” inaugurada por W Bush, Irán que se mueve en el ámbito de la defensa de su propia revolución (acontecida hace ya algún tiempo), e Indonesia que se encuentra un poco al margen (regional, cultural y políticamente hablando), aunque nunca se sabe y las revueltas también podrían concernirla, y por extensión afectar a la India, a la misma China, y ya puestos, al mundo entero.

Pero es Libia la que se encuentra en el foco de la actualidad. ¿Qué hacer? (O no hacer). La Unión Europea se ha reunido recientemente para tomar una posición y ha declarado: “Exigimos a Gadafi que debe abandonar el poder” (que es lo mismo que no decir nada), Estados Unidos dice que no descarta ninguna opción, Rusia y China se oponen a cualquier acción militar, y mientras tanto Gadafi en legítima defensa de su cabeza y las de su clan se dedica a bombardear a los insurgentes, pues realmente sólo cuenta con los aviones y las lealtades previamente compradas con el dinero robado al pueblo Libio. Por último ¡y que lamentable! están los líderes de la izquierda antiimperialista sudamericana (Castro, Chávez y Ortega) defendiendo a Gadafi. ¡Qué jaleo! y qué importantes consecuencias tendrán las decisiones que se tomen (o no se tomen) en un futuro inmediato (estamos hablando del incendio de toda la región... y quién sabe... del mundo). Por primera vez en mi vida estaría de acuerdo con una intervención armada de Estados unidos, que se sintiera el apoyo de la primera potencia mundial hacia todos los pueblos que buscaran la democracia pacíficamente, que el planeta entero se democratizase y se gobernara de manera civilizada para que entre todos le diéramos salida a los dificilísimos problemas que nos está planteando esta ya única civilización globalizada... (por soñar que no quede).



22 comentarios:

C.C. dijo...

Esta vez, Atman, no puedo estar de acuerdo contigo : Libia no es Grenada. Las consecuencias de una intervención militar norteamericana o europea son imprevisibles. Podrían ser devastadoras, como siempre cuando nos metemos dónde nadie no ha llamado.

Mejor es mandar ayudas económicas como lo sugieres en uno de tus comentarios (si no recuerdo mal).

¿ Te das cuenta de la importancia que pierde el asunto en los medias frente a los eventos de Japón ?

Ātman dijo...

Hola, CC. Te estás convirtiendo en mi más fiel comentarista lo que me agrada mucho. Lansky me ha retirado de sus links y ya no me visita, se ve que le molestó que le llevara la contraria con lo de los fósiles y el ámbar, en fin, que se le va a hacer... En cuanto a lo que me dices de tu desacuerdo ante la para mí imperiosa necesidad de una intervención militar inmediata, creo que vas a estar de acuerdo conmigo en cuanto leas lo que sigue…

Lo primero que he de decir es que con la actitud hacia Libia estamos viendo la cara más fea del mundo, ¡y qué bien le ha venido a ese mundo (que en el fondo se siente culpable), lo de Japón! Hace ya un mes que comenzaron las revueltas libias, las que casi inmediatamente degenerarían en guerra armada, debido —esto es muy importante—, a que Gadafi reprimió las mismas brutal e inhumanamente, En El país he leído sobre soldados masacrados por negarse a disparar contra la gente, 1500 insurgentes enterrados vivos, etc. Se puede leer en: http://www.elpais.com/especial/revueltas-en-el-mundo-arabe/libia/

Y claro que nos están llamando, los insurgentes ya reconocidos como interlocutores por la Unión Europea no cesan de pedir la famosa exclusión aérea que no llega. De pronto parece como si los poderosos Estados Unidos (única potencia capaz de tomar tal decisión) se lo hubieran pensado mejor. Dar luz verde a las revueltas de todas las tiranías árabes puede ser muy peligroso para nuestros intereses, y creo que se ha optado por dar un giro de 180 grados. Los juegos geopolíticos de siempre, donde no cuenta la justicia sino lo que se puede sacar o perder en todo el asunto.

Pero claro está, a mí no me interesan los hipotéticos beneficios que se conseguirían lavándose las manos y dejando que todo siga igual, eso sí, con algún baño de sangre que otro, sino una acción de justicia, que quizás sería desastrosa a corto plazo, pero verdaderamente saludable y rentable en un plazo de tiempo mayor.

En un mundo ideal, personajes como Gadafi no existirían, pero ese supuesto aún no ha llegado. Para allanar una morada, por parte de la policía (al menos en las películas) se necesita de una orden judicial, pero cuando se está cometiendo un flagrante delito, la acción inmediata está más que justificada y reconocida legalmente. Entonces, mientras ese mundo aún no haya llegado, es necesario intervenir y no por causas económicas y geoestratégicas como fueron los casos de las invasiones de Irak y Afganistán (allí sí que nadie nos llamó), sino para impedir que se cometan crímenes de lesa humanidad. Pero me temo que ya es demasiado tarde y la opción que se ha tomado de mirar para otro lado, traerá más sufrimiento, descontento y violencia. El mundo árabe se va a erigir en una enorme Franja de Gaza compuesta por mil millones de supuestos terroristas árabes, esa es la terrible y pesimista visión apocalíptica que tengo en este momento.

C.C. dijo...

Primero, Atman, que sepas que tienes seguidores asiduos aunque no comenten ( yo sé de algunos cuantos ). No creo que Lansky esté enfadado contigo. Posiblemente se encuentre muy ocupado. ¿ O a ti te ha dicho "adiós" ?

Segundo, sigo pensando que una intervención militar no nos incumbe. Si tienes razón, y una intervención militar (con un riesgo de guerra) es imprescindible, ¿ la OTAN también tendría que intervenir en el Yemen, en Bahrein, En Argel ?
¿ Por qué no interviene la Liga Árabe ? ¿ Egipto, acaso, no puede destruir unos radares ?

Yo soy una chica del 68. La fuerza militar es una de las pocas cosas que odio profundamente.

De momento, voy a ver lo de el País.

Ātman dijo...

Como he dicho antes, por primera vez en mi vida estaría a favor de una intervención militar occidental en asuntos que no nos competen. Eso quiere decir que al igual que tú, odio todo lo que sea fuerza militar y guerra. Pero aquí no estamos hablando de hacer la guerra, sino de impedir una masacre. Lo ideal sería un mundo democrático dotado de policía y tribunales internacionales, pero me temo que eso está aún muy lejos de ocurrir. EEUU como gendarme del mundo, cosa que en otros casos me ha parecido absolutamente rechazable por no tener ni la legitimidad ni la razón, en este caso aún sin tener la legitimidad a mi modo de ver sí que tendría la razón. Que el máximo responsable de un país actúe militarmente masacrando a su propio pueblo me parece el peor de todos los crímenes y no creo que deba decirse ¡ah, son asuntos internos! Gadafi, en su victoriosa contraofensiva dice estar limpiando las ciudades de terroristas de Al Qaeda y a mí se me ponen los pelos de punta, y lo siento, pero no puedo comprender la inhibición del mundo.

En cuanto a tu pregunta, creo que sí, que Lansky a su manera me ha dicho adiós, pero sé que él es muy voluble y tengo la esperanza de un futuro reencuentro. Ya veremos.

C.C. dijo...

A mediodía vi en la tele alemana un reportaje sobre los desesperados revolucionarios libios y una súplica del embajador libio en la ONU. Debo reconocer que sacudieron mi opinión, hasta entonces, inquebrantable.

Sería interesante saber cuales son los pros y contras por parte de nuestros dirigentes. Hasta ahora, son tan evasivos que no sé exactamente qué se esconde detrás de este laxismo.

Hola, Vanbrugh ¿ qué opinas ?

Vanbrugh dijo...

Hola, Atman. Hola, CC. Muy halagado de que se solicite mi opinión.

Como CC, y como todo el mundo, estoy, en principio, en contra de las guerras y de las intervenciones militares en general, y del papel de gendarme que se atribuye EEUU cada vez que le conviene en particular.

Más específicamente, me cabrea bastante la nueva vuelta de tuerca hipócrita con que últimamente se adornan estas cuestiones: el requisito de que la ONU 'autorice' la intervención. Me parecería estupendo si las intervenciones fueran imposibles sin esta autorización y automáticas con ella, pero no es así: centenares de condenas contra Israel no han servido para que se produzca ni una sola intervención, mientras que Iraq y Afganistán, sin ir más lejos, han sido invadidas sin un mal encogimiento de hombros de la ONU. Por lo que las tales 'autorizaciones' se han convertido, recién inventadas, en un adorno superfluo más para quien quiera usarlo, y un estorbo insignificante para quien no.

Dicho todo lo cual; y puesto que los libios ya se están matando abundantemente entre sí; y puesto que con un pretexto u otro, con adornos o sin ellos, EEUU y acólitos intervenimos, al final, donde nos (les) da la gana, lo cierto es que no vería nada mal que, por una vez, una de estas arbitrariedades prepotentes de los occidentales sirviera para salvar vidas, para socorrer a un pueblo machacado y para poner en su sitio a un matón indecente.

Pero no deja de ser interesante pensar que todo lo que ahora podamos, con la mejor intención, aducir en favor de una intervención en Libia es perfectamente equivalente a lo que en su día adujeron Bush hijo, Aznar y compañeros mártires para intervenir en Iraq. Sadam no era un gobernante mejor que Gadafi, y el pueblo iraquí no estaba menos sojuzgado que el libio. Convendría que, por un ratito, después de haber machacado a Gadafi -y a unos cuantos miles de sus seguidores más o menos voluntarios, claro- y haber dejado a los libios, esperemos, en una situación aunque solo sea un poquito menos caótica y desesperada que la que vamos a dejar en Iraq y en Afganistan cuando nos vayamos del todo, nos paráramos a tratar de aclarar por qué lo que entonces nos pareció tan mal nos parece ahora tan bien. Sin formalismos ni hipocresías ni alambiques mentales, claro: esas cosas quedan para los bushes y los aznares, pero las personas decentes deberíamos intentar aclarar con sinceridad, un poco siquiera, nuestro propio cacao mental...

Ātman dijo...

Hola, Vanbrugh. Yo me opuse abiertamente a la guerra de Irak (me pareció la mayor salvajada cometida por EEUU desde la guerra del Vietnam) y no creo que sean comparable con el caso de Libia (Afganistán tampoco). Irak y Afganistán se enmarcan dentro de lo que se conoce como “la guerra contra el terrorismo”, que no es otra cosa que la furia vengativa de EEUU tras el atentado de las torres gemelas. En ambos casos se trató de invasiones y ocupaciones militares. En el caso que nos ocupa, estoy seguro que no se producirá ninguna invasión, y que la motivación no es otra que la de ayudar a deponer las tiranías (nuestros propios monstruos) y dar la bienvenida al orbe democrático al mundo arábico. (Quizás estemos ante la reválida de un Nobel de la Paz ampliamente cuestionado, y que de ser ciertas y cumplirse mis esperanzas, me llenarían de orgullo occidental). Insha'Allah (إن شاء الله)

Vanbrugh dijo...

Pues no sé yo qué van a hacer contra Gadafi si no se ocupa Libia. ¿Exorcizarlo? ¿Mirarle fijo a los ojos?

Iraq y Afganistán no son el mismo caso que Libia exclusivamente porque gente como tú -muchísima gente- habéis decidido que no lo son. A eso, exactamente, me refiero cuando hablo de aclarar nuestro propio cacao mental.

A la pregunta clave -por qué nos parece ahora tan bien lo que entonces nos pareció tan mal- lo más parecido a una respuesta que das es que en aquellos se enmarcan en la furia vengativa de EEUU, mientras que aquí se trata de ayudar a deponer a las tiranías y dar la bienvenida a los árabes a la democracia. Aún obviando que estos dos beneméritos propósitos, exactamente, fueron los que esgrimieron los partidarios de la guerra de Iraq -y no veo por qué me los tengo que creer de los partidarios de la intervención de ahora más que me los creí de los partidarios de la intervención de entonces- sigue en pie el hecho de que lo que haces con ese argumento es juzgar hechos objetivos por los motivos que tú atribuyes a sus autores, cosa generalmente considerada como un mal procedimiento de juzgar.

Para parar los pies a Gadafi y evitar una masacre habrá que intervenir en Libia de modo muy parecido a como se intervino en Iraq. Las guerras se hacen todas de forma bastante parecida, sean sus móviles expresos, ocultos, presuntos o proclamados los que fueren, y esa forma consiste, básicamente, en matar gente. Si hemos de distinguir entre cuándo matar gente está mal y cuándo está bien, convendría, creo, hacerlo con criterios más sólidos que que Bush nos caiga gordo y, en cambio, tengamos ganas de que el simpático Obama justifique por fin su incomprensible Nobel de la Paz.

Ātman dijo...

Creo que el marco es completamente distinto, porque en Irak no había ninguna revolución en marcha. Es verdad que el tirano y su régimen eran hermanos gemelos del de Gadafi, pero a mi modo de entender no era el momento, ni los iraquíes lo querían. Una pista de lo diferentes que son ambos acontecimientos se puede apreciar en las magnitudes bien distintas de las manifestaciones populares de Bagdad tras la caída del tirano (insignificantes), contra lo que fueron las de la plaza Tahrir tras la renuncia de Mubarak, o las que seguramente veremos con la caída de Gadafi. Hacer el amor o violar a una persona son casi hacer la misma cosa, el asunto es saber si ha existido consentimiento o no.

Vanbrugh dijo...

Que en Bagdad no hubiera ninguna revolución en marcha puede querer decir, efectivamente, que los iraquíes no estaban tan deseosos de deshacerse de Sadam como los libios de quitar de en medio a Gadafi.

Y también puede querer decir que el régimen de Sadam era aún más férreo y feroz que el del Gadafi, por lo que no tenían la más mínima posibilidad de removerse ni un poquito; en cuyo caso la intervención para liberar a los iraquies de su tirano sería aún más urgente y justificada que la de Libia.

El estado de ánimo de la gente en El Cairo, tras una revuelta corta, triunfal y con unos cuantos centenares de muertos, es evidentemente distinto que el estado de ánimo de la gente en Bagdad, tras una guerra larga y destructora precedida de bombardeos masivos, con decenas de miles de muertos y un país arrasado y ocupado.

Sigo pensando que los bienpensantes nos arrogamos, exactamente igual que Bush y con no más legitimidad que él; y con criterios que solo en nuestra opinión son más válidos, el derecho de decidir cuándo una intervención es 'buena' y cuándo es 'mala'. Cacao mental.

Emma dijo...

Los aconticimentos se disparan y ahora Gadafi se echa atrás, después de la amenaza por parte de la OTAN. Creo que finalmente Europa hizo lo correcto, aunque sólo fuera para meterle el miedo en el cuerpo. La pregunta del millón es, qué va a suceder ahora? Gadaffi va a abandonar? Es tan megalómano como para suicidarse antes que huir? Quién le dará cobijo? Chavez? Castro? No sé si se ha abierto la caja de pandora en el mundo árabe, pero alguien ha levantado una esquinita y esto no hay quien lo pare.

Lo más extraño que percibo en este asunto es la información, creo que nunca mejor se vio que el empacho de noticias lleva a la desensibilación del ciudadano. Que internet no nos informa, que nada queremos saber más allá de leer los titulares.

Los muertos ya no son como los muertos de antes, los muertos ya no importan a nadie.

Ātman dijo...

Por el contrario, yo opino que no hay ningún cacao mental. Volviendo al símil de la violación, yo me he hecho mi propio juicio: lo de Irak fue una violación y lo de Libia va a ser un acto de amor. Eso no significa que pueda estar equivocado, pues qué difícil es determinar hasta dónde hay juego, provocación y seducción, y cuando empieza a haber agresión, violencia y abuso. Pero si me percatase de que lo que dices fuera verdad, que el pueblo iraquí estaba más necesitado aún de salvamento que el pueblo libio, no tendría el más mínimo problema en cambiar mi veredicto. El asunto por lo tanto no consiste en lo confuso de nuestras convicciones de lo que es justo e injusto, que tomemos partido en una u otra dirección porque nos guste más Bush u Obama, sino en haber hecho un juicio acertado o no. ¿Fue amor o violación?

Emmaskarada dijo...

Mon Dieu

Insensibilizar!

No hablo correctamente ninguna de las lenguas que hablo.

Ātman dijo...

Hola, Emma. Te colaste entre los dos comentarios. Yo creo que abrir la caja de Pandora era permitir que Gadafi se saliera con la suya y con ello dar una señal inequívoca para todos los tiranos de la región de cómo actuar para salvar la cabeza. Alguien comparó (creo que acertadamente) las revueltas árabes con la caída del muro de Berlín. ¿Qué ocurrirá? Nadie puede saberlo. Ojala todo salga bien. Veremos todavía mucha convulsión y cualquiera que sea el desenlace nos traerá no pocos problemas, pero se abre una gran esperanza para conseguir un mundo democrático y en paz. ¿Alguien se imagina en la democrática y unida Europa actual que se llegara a un nuevo conflicto bélico como los de las dos grandes guerras? Creo que esa etapa de nuestra triste historia ha sido totalmente superada, y que el camino de la unión y la democracia nos llevarán a lograr una paz universal jamás soñada.

Emma dijo...

Sí, y Europa será más próspera con democracias en los países de la cuenca Mediterránea, será hermoso de contemplar! Pero yo no sé si lo veré, y eso que todavía soy joven.

Un abrazo

Ātman dijo...

A veces imaginarlo es más bonito que verlo...

Abrazo para ti también

Emma dijo...

Hoy, leyendo las noticias, me pregunto, no va a haber guerra, verdad?

Nadie quiere una guerra, solo que no se como van a echar a Gadafi de Libia, le dejaran masacrar a la gente?

Tu que opinas?

Ātman dijo...

Yo creo que el cacao mental que aducía Vanbrugh, es cuando no sabemos diferenciar dos cosas que parecen lo mismo, pero que son muy distintas, y digo esto, porque en todos lados se habla de que los aliados han desatado la guerra y para mí esto no es correcto, pero ya se sabe que el lenguaje es a veces muy impreciso. Guerra ya había antes de la intervención occidental (y la seguirá habiendo) porque el señor Gadafi consideraba a los ciudadanos de su pueblo como sus súbditos y a su trono como algo intocable (Él era Libia), pero ahora ese reyezuelo tragicómico ha sido destituido por los acontecimientos (ha perdido toda legitimidad). Dentro del contexto de las revoluciones árabes, se podría decir que la guerra, ha sido la manera elegida por Gadafi para dejar el poder, y que la intervención aliada es un atajo para evitar prolongar la agonía Libia, pues a mi modo de ver, los vientos de la historia ya soplan imparables.

Vanbrugh dijo...

En este blog y post:
http://historiasdehispania.blogspot.com/2011/03/sobre-libia.html
encontrarás una opinión sobre la intervención en Libia que me parece francamente razonable y luminosa. No tengo mucho más que añadir a lo que dice su autor, salvo que se trata de un blog francamente recomendable, con cuyas opiniones muy rara vez dejo de estar de acuerdo. (Pequeñas discrepancias teóricas, centradas en el detalle de que él es perfectamente ateo y yo católico; pero, como sucede con más frecuencia de la que parece, cuando se trata de personas decentes, las consecuencias prácticas de ambas posturas teóricamente opuestas son bastante similares).

Lansky dijo...

Saddam masacraba a sus súbditos, y Gadafi, también

Irak tenía petróleo, y Libia también y está aún más cerca

Irak no tenía armas de destrucción masiva (según y cómo) ni Libia

Saddam se ponía a veces chulo con las potencias occidentales, Gadafi más.

…¿entonces? (encore) Resumo: Contagio y ejemplo ¿Preciso más? Preciso

Efecto contagio: Túnez y Egipto han dado buen ejemplo cargándose sus regímenes sin quemar una sola bandera EEUU ni clamar contra el infiel, y han contagiado a Libia, Argelia, Bahréin Yemen, Marruecos, e incluso a los peores: Siria y Arabia Saudí, pero Gadafi ha contra replicando y reprimiendo la asonada que le correspondía y eso es un mal ejemplo.

¿Te vale?

Lansky dijo...

Lo anterior viene al caso del pertinente comentario-pregunta de Vanbrugh en su blog: si estábamos los biempensantes en contra de la intervención en Irak por qu´w estamos a favor en lo de Libia, y mi respuesta es la de arriba, no desde luego, con todos mis respetos, tus argumentos,Atman que me parecen fuertemente contagiados de la opinión dominante creada por los medios

Ātman dijo...

Vanbrugh: Fui, leí y comenté. Como el blog tiene moderación de comentarios no sé si la publicarán. En cualquier caso, tengo una visión bastante disonante de la del post.

Lansky: Qué alegría volver a tenerte por aquí. Bueno, mi opinión por una vez coincide con la del imperio (estoy pensando si no sufriré algún trastorno de la personalidad).