Radiotelescopio de Arecibo - 1990 - El astrónomo polaco Aleksander Wolszczan descubre el púlsar PSR B1257+12, lo que más tarde le conduce a descubrir sus dos planetas orbitales. Estos son los primeros planetas extra-solares descubiertos y de existencia plenamente probada.
Siempre se supuso pero no se tenían pruebas, que al igual que le ocurre a nuestra estrella, el sol, las demás estrellas del cielo estarían acompañadas por sus respectivos planetas. De hecho no se sabe aún con exactitud si tales sistemas planetarios son la norma o la excepción, pero desde que se descubrieran indicios del primer planeta orbitando alrededor de Gamma Cephei Ab, allá por el 1988 (existencia finalmente confirmada en 2002), se han descubierto varios centenares de planetas extrasolares más.
Traigo este tema astronómico porque el método para buscar y confirmar la existencia de planetas tan lejanos se parece mucho al que emplea la psicología con los complejos. Concretamente, ya que ambos objetos (planeta y complejo) están fuera del alcance de la vista, la técnica consiste en descubrir las perturbaciones que éstos producen: sobre su estrella el planeta y sobre la consciencia el complejo.
Un planeta suficientemente masivo puede alterar la órbita de su estrella,
de manera medible por medio de su velocidad radial.
Un complejo suficientemente importante puede alterar la atención de la consciencia,
de manera medible por medio de su velocidad de respuesta.
Para medir las finísimas perturbaciones orbitales o de luminosidad de una estrella (lo que delataría que dicha estrella está en posesión de un planeta) hacen falta sofisticados telescopios y espectrómetros; pero por suerte, para detectar los indicios de un complejo solo hacen falta bolígrafo, papel y cronómetro. Es una experiencia tan sencilla que cualquiera puede realizarla en casa.
Jung, en Los Complejos y el Inconsciente, propone elaborar una lista de palabras inductoras, entre cincuenta y cien, procurando que no tengan relación entre sí (para no dar la sensación de que exista una narración). Se pide al interlocutor que conteste a cada una de ellas con la primera palabra que se le venga a la cabeza a la mayor brevedad posible. La teoría dice que si una palabra no lleva ninguna carga emotiva para una determinada persona, la respuesta será normal, es decir, en un plazo de tiempo breve y aludiendo más o menos coherentemente a su significado. Sin embargo, cuando una palabra roce o señale directamente a un complejo se producirá un comportamiento anómalo, apreciable tanto en la velocidad de reacción (más lenta) como en el significado (extraño o falso) de la palabra asociada. El analista anotará los tiempos de reacción así como las respuestas, para en una segunda ronda detenerse a indagar allí donde se hayan detectado indicios de complejo.
Jung nos proporciona, entre otros, este ejemplo:
Ante la serie: —agua —círculo —silla —nadar —azul —cuchillo —ayudar —peso y —preparado, el sujeto respondió (para las palabras que no lo afectaron) en un tiempo medio de 7/5 de segundo, mientras que para: —cuchillo —ayudar —peso y —preparado; el tiempo de reacción fue de: —20/5 —15/5 —10/5 y —8/5 de segundo respectivamente, y las asociaciones fueron falsas para "cuchillo" y "ayudar".
Con “cuchillo” aparece un tiempo de reacción prolongado que va decreciendo en el curso de las tres asociaciones siguientes: se llama a esto una perseveración y se establece la hipótesis de que la palabra “cuchillo” ha rozado la esfera afectiva del sujeto y su perturbación se ha extendido y afectado a las reacciones siguientes.
Después las respuestas vuelven a ser normales. Un tiempo de reacción prolongado se produce también ante “lanza” y más adelante con “pegar”, y en ambos casos las asociaciones fueron falsas. Por último, la palabra “puntiagudo” vuelve a ser causa de perturbación.
El sujeto era un hombre de 32 años, empleado en la época de la experiencia en una clínica, y se había presentado voluntariamente a la experiencia, le pregunté:
— ¿Ha notado que, a veces, ha vacilado largo rato?
— ¡No, he respondido siempre directamente!
— ¿Está usted seguro de que no ha cometido errores de reproducción?
— Sí; todas mis reproducciones eran fieles.
— Y aparte de eso ¿ha notado usted algo especial?
— No; si no fuera así se lo diría.
— ¿Me permite hacer una reflexión? Usted ha debido de vivir hace tiempo una historia muy desagradable, probablemente una reyerta a cuchillo que sin duda, tuvo consecuencias enojosas.
¡El hombre casi se cae de la silla!
— ¿Cómo lo sabe?
Le pregunté si era cierto. Me respondió:
— ¡Sí! Pero yo estaba a cien leguas de pensar en ello.
Había cumplido una condena de prisión en el extranjero a causa de una pelea a cuchillo en el curso de la cual había herido gravemente a su adversario. Era una mancha en su vida, y naturalmente, se había cuidado de que ninguna de las personas con las que actualmente trataba se enterara de ella.
Recuerda (Spellbound) - 1945 - Alfred Hitchcock
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